lunes, 6 de diciembre de 2010

Negro.

Se abre el telón y no se ve nada.

Está oscuro, no veo el camino. ¿A la derecha? Quizás sea mejor ir a la izquierda… o no, no lo sé. Me he perdido. He querido llegar al mejor destino y me he perdido.
No puedo retroceder, el camino está cerrado. No puedo avanzar, perdón, no se avanzar.

¿Y si avanzo sin mirar? Me voy a llevar las paredes por delante y puedo cargarme algún cimiento. ¿Y si me equivoqué en el último giro? O lo que es peor… ¿qué pasa si no se caminar?. Es ahora cuando tengo que pensar que siempre hay luz, que tarde o temprano veré la luz. Quizás no la que espero ver… otra, menos intensa al principio, pero que consiga alumbrarme el camino poco a poco.

Sí, cojo un poco de lo bueno del camino y empiezo a andar. Yo sé caminar, claro que se caminar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En ocasiones lo mejor que tiene la oscuridad es que puedes utilizarla para reflexionar, para descansar y para buscar una salida a este mundo plagado de complicaciones.
Llegar al mejor destino o no, solo es tiempo te lo dirá, pero no por eso has de dejar de caminar. Coje aire, levanta los brazos y busca un resorte donde apoyarte, tarde o temprano se hará la luz, siempre se hace.
Todos esos momento pasan, tarde o temprano se recuerdan con una sonrisa, ya que la vida es así de "japuta" y siempre te va poniendo obstaculos más complicados y actualizados, joder la vida parece la alerta de mi apple "tiene un nuevo problema, descargueselo aquí".
Pero vamos al final te haces a él y te acostumbras. No queda otra.
Sabes caminar, de eso creo que nadie tiene ninguna duda. Y sólo o con ayuda podrás seguir caminando.
Me gusta tu forma de escribir. Cuidate mucho

"Tu admirador anónimo"

Sandra Herrero dijo...

Siempre hay momentos en los que no sabes a donde ir, pero tarde o temprano todo termina solucionándose, y menos mal que todo se arregla. No hay problemas sin soluciones.