jueves, 13 de enero de 2011

Frío

Era de noche. Lo se porque podía ver las estrellas reflejadas en sus ojos.  Estábamos en la cima de una colina, a las afueras de la ciudad, para que la luz y el ruido de esta no pudieran molestarnos. Solos, los dos, mirándonos sin necesidad de hablar. Hacia frío, yo tenía frío. Fui al coche a por una chaqueta y fue en esos 42 segundos cuando todo debió cambiar. Ella estaba ahí, pero su mente había viajado mucho mas allá de las estrellas. No sabia porque pero se sentía incomoda, necesitaba hablar. Hablar ella y yo, cuando hacia un rato parecía que ambos teníamos claro que no era necesario. Y no lo fue. Yo la entendí, siempre entendía sus miradas. Era de noche, pero yo ya me había olvidado del frío.

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